Y Vivieron Felices Por Siempre
Y Vivieron Felices Por Siempre
Filósofos, sacerdotes y poetas han
meditado durante milenios sobre la naturaleza de la felicidad, y muchos han llegado a la conclusión de que factores sociales, éticos y espirituales tienen un impacto
meditado durante milenios sobre la naturaleza de la felicidad, y muchos han llegado a la conclusión de que factores sociales, éticos y espirituales tienen un impacto
tan grande sobre nuestra
felicidad como las condiciones materiales. Estar satisfechos con lo que se
tiene es mucho más importante que obtener más de lo que se desea.
El hallazgo más importante de
todos es que la felicidad no depende realmente de condiciones objetivas, ni de
la riqueza, la salud o incluso la comunidad. Depende, más bien, de la correlación
entre las condiciones objetivas y las expectativas subjetivas.
Los biólogos sostienen que
nuestro mundo mental y emocional está regido por mecanismos bioquímicos
modelados por millones de años de evolución. Como todos los demás estados
mentales, nuestro bienestar subjetivo no está determinado por parámetros
externos como el salario, las relaciones sociales o los derechos políticos.
Esta determinado, en cambio por un complejo sistema de nervios, neuronas,
sinapsis y varias sustancias bioquímicas como la serotonina, la dopamina y la
oxitocina. Una persona que acaba de ganar la lotería o de encontrar un nuevo
amor y salta de alegría no reacciona realmente ante el dinero o el amante.
Reacciona a varias hormonas que recorren su torrente sanguíneo, y a la tormenta
de señales eléctricas que destellan en diferentes partes del cerebro.
En Un Mundo Feliz, la novela distopía de Aldous Huxley, publicada en 1932, en plena Gran Depresión, la felicidad es el bien supremo y las drogas psiquiátricas sustituyen a la policía y al voto como la simiente de la política. Diariamente cada persona toma una dosis de "Soma" una droga sintética que hace que la gente sea feliz sin afectar a su productividad y eficiencia...
-Camila Jimenez
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