Datos Novedosos ...



    Progreso Tecnológico

El rechazo a la globalización se identifica con Trump, el Brexit y los poderosos movimientos que desde la izquierda y la extrema derecha del espectro político europeo y estadounidense se oponen a sus costos sociales. Ello ha conducido al fortalecimiento de los extremos, al declive de los partidos tradicionales, a la incapacidad creciente para obtener mayorías electorales y a la necesidad de formar alianzas disímiles que dificultan la gobernabilidad. A mediano plazo este tsunami pareciera indetenible, a juzgar por la difícil situación en la que se encuentra Ángela Merkel, el mayor sostén a la globalización en Europa.

Desde el punto de vista tecnológico, el avance exponencial de la tecnología digital y la robótica, de la impresión 3D, de la nanotecnología, de la tecnología del genoma y la bioingeniería y de las nuevas tecnologías energéticas, por solo citar algunas, apuntan a romper con la dependencia existente en relación al mundo en desarrollo. Ello conduciría a un desacoplamiento entre países desarrollados y en desarrollo y a la autarquía económica de estos últimos. 
Bajo el modelo económico al que conducirán los avances tecnológicos, la manufactura de mercancías se realizará más cerca de los que las consumen, lo que implica una mayor diseminación y descentralización de los procesos productivos. Más aún, muchas de las materias primas que son hoy importadas podrán ser sustituidas por nuevos materiales derivados de la nanotecnología, por energía limpia o por alimentos resultantes de la bioingeniería. En definitiva la distribución internacional del trabajo, esencia de la globalización, perderá toda razón de ser. El tiempo dirá cuál de las dos tendencias se impone.

REFORMA FISCAL ESTADOS UNIDOS

El Senado de Estados Unidos aprobó la reforma fiscal impulsada por el presidente Donald Trump , que se perfila como el gran primer triunfo legislativo del republicano y que es repudiada por la oposición, que asegura sólo beneficia a las clases altas y a las grandes empresas.


De hecho, sus detractores advierten que sería un regalo navideño para las firmas que recibirían miles de millones en deducciones fiscales. Pero en otras partes del mundo las asociaciones comerciales y los gobiernos no están tan emocionadas como las familias pudientes de EE.UU.

¿Cómo son los impuestos a las empresas estadounidenses en comparación con otros países?

Son notablemente más altos, pero con una reducción al 21 por ciento, la mayor economía del mundo estaría ligeramente por debajo de la media de la mayoría de los competidores (23 por ciento). En la Unión Europea (UE) hay países que permiten a sus empresas pagar aún menos impuestos, entre ellos Reino Unido e Irlanda. Estados Unidos quedaría por debajo de la media de la UE, que es de poco más del 22 por ciento.

¿La reforma supone algún riesgo para Estados Unidos?

Sí, son varios y son importantes. El endeudamiento será aún mayor debido a las grandes deducciones fiscales a empresas y el déficit resultante en los ingresos del Estado. Los críticos señalan que las futuras generaciones de contribuyentes pagarán las consecuencias.

La actual presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, expresó su preocupación porque a su entender la economía estadounidense, ya de por sí a toda máquina, corre el riesgo de sobrecalentarse a largo plazo. Los incentivos podrían fracasar porque las empresas podrían decidir invertir en otros países en lugar de en la economía nacional.




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